Hermosa Juventud

1 Març  
V.O. en castellà.   
Amb la presencia del protagonista Carlos Rodríguez 
 
RETRATO DE LA JUVENTUD ACTUAL, RETRATO ACTUAL DE LA JUVENTUD
Empecé a pensar en Hermosa juventud a principios del 2013. Lo que me interesaba, con este nuevo proyecto, era hacer un retrato. Y, ¿cómo se hace un retrato mediante una ficción cinematográfica? Hace poco participé en un proyecto colectivo con otros cineastas en correspondencia un poco a la manera en como lo hicieron Víctor Erice y Abbas Kiarostami. Una vez acabado el proyecto, volvía la misma pregunta. ¿Qué es una carta de cine? ¿Puede hablarse de una carta entre dos amigos utilizando el medio cinematográfico? Supongo que sí puesto que lo hicieron Erice y Kiarostami y luego muchos otros cineastas... pero volvamos a Hermosa juventud y la idea del retrato. Antes de estudiar cine estudié fotografía. Descubrí con entusiasmo el trabajo fotográfico de Cartier-Bresson, de Robert Frank y de Ansel Adams. También descubrí los retratos de Irving Penn y de Richard Avedon. ¿Qué es un retrato? Según Avedon, un retrato es una fotografía en la que la persona retratada es consciente de que la están fotografiando. Lo interesante de esta definición es que apunta que en un retrato, a diferencia de en una instantánea captada inesperadamente, se establece una relación de complicidad entre el fotógrafo y el sujeto fotografiado. Lo que los grandes fotógrafos como Avedon lograban en sus retratos era sacar la esencia de la persona detrás de la máscara de su consciencia. Mostraban a la persona como realmente es más allá de lo que la persona creía ser o imaginaba ser.
Siguiendo la analogía de la fotografía, yo diría que en un retrato cinematográfico se debe contar con la complicidad de los sujetos retratados, con su participación activa en la película. Así es como procedí en este proyecto. Lo primero que hice es entrevistarme con muchos jóvenes. Me interesaba que me contaran cómo era su vida; de qué cosas hablaban entre ellos; qué les preocupaba. Me interesaba escuchar anécdotas vitales también; historias vividas en sus propias carnes o de amigos cercanos. Durante varios meses fui recopilando información.
Una vez empezaba a tener claro cómo era la vida de los jóvenes que viven en los barrios de una gran ciudad como Madrid, di con los personajes principales: Carlos y Natalia. Quería que la película contara una historia de pareja. No me gusta mucho hablar de una historia de amor; prefiero hablar de una historia de pareja. En mi caso, una pareja de jóvenes de 25 años a los que les iba a ocurrir una serie de cosas, de vicisitudes, a partir de un mosaico de historias reales que me habían sido contadas. Así nació el guión de Hermosa juventud.
Pero una película no es solo un guión, hay que rodarla y luego hay que montarla. Para ello también conté con un equipo de gente joven. Si se trataba de realizar un retrato sobre la juventud actual debía contar con jóvenes delante y detrás de la cámara. Así es como fui seleccionando, ayudado por mi productora ejecutiva, Bárbara Díez, un equipo técnico muy joven con apenas experiencia. Para la mayoría se trataba de su primera o su segunda película. Casi todos estaban por debajo de la treintena y conocían a la perfección las aficiones de la gente que estábamos retratando y sus maneras de vivir y relacionarse. Ellos me enseñaron muchas cosas sobre las nuevas tecnologías y las redes sociales. Todas esas cosas se fueron integrando pues no se trataba únicamente de hacer un retrato sobre la juventud actual sino también un retrato actual sobre la juventud. Las piezas smartphone de la película son parte de esta búsqueda de actualidad así como la mezcla de texturas entre las imágenes rodadas en 16mm y las imágenes rodadas en vídeo y por skype.
La película ha sido para mí todo un descubrimiento. Días antes de acometer el retrato descubrí toda una personalidad fascinante, pero no se trataba de un único individuo como en el caso de un posado fotográfico, sino más bien de todo un conjunto de personalidades diferenciadas y complementarias. Eso me pasó con todos los jóvenes que fui conociendo. Cada día me sorprendía algo que me contaban. Algo que para mí era completamente desconocido. Fui integrando en la película todo lo que pude, hasta el último momento.
Si tuviera que definir Hermosa juventud diría que se trata o se ha tratado de una película de oportunidades. Para el equipo era una oportunidad hacer su primera película. Para mí, una oportunidad de un nuevo comienzo. Necesitaba hacer algo diferente. Con mi último trabajo, Sueño y silencio, creo que había llegado al final de algo; era un punto y seguido de algo. En este sentido, Hermosa juventud también ha sido para mí una primera película. Con la experiencia de las anteriores, pero una primera película en definitiva. He realizado cosas que no se parecen en nada a mis anteriores trabajos. He mezclado ópticas, texturas y por primera vez la muerte no está presente. Nadie muere. Es una película sobre la vida. Sobre la vida de jóvenes actuales que luchan por abrirse camino en una España llena de dificultades. He vuelto a trabajar con actores profesionales y con iluminación artificial. Pero buscando la espontaneidad y realismo de las improvisaciones que lograba con actores naturales rodando con luz natural. He mezclado técnicas, formatos y prácticas para lograr llegar a un retrato muy preciso. He vuelto al color pero con encuadres muy dinámicos. Nada de cámara fija ni encuadres estilizados. El guión estaba escrito pero los actores luego decían lo que querían en cada nueva toma.
El impulso definitivo del proyecto llegó de manos de mi productor, José María Morales (Wanda Films), que me ha apoyado incondicionalmente desde los inicios y que se entusiasmó con esta película, un trabajo que finalmente podrá verse en Cannes. La hemos hecho posible en un momento en el que todo está cambiando y en el que hay que buscar nuevas formas de hacer las cosas. 
Jaime Rosales (EL CULTURAL, 9/05/2014)

En la secció Un certain regard li va tocar el torn a l'únic espanyol que presenta llargmetratge enguany a Cannes, Jaime Rosales, la proposta del qual sobre els efectes de la crisi econòmica en la joventut espanyola va generar no pocs entusiasmes. No és probablement el millor que es puga dir d'una pel·lícula, i no la fa vàlida per se, però la veritat és que Hermosa juventud és el primer film espanyol que aborda de front, sense buides coartades argumentals, el dia a dia de la depressió i la supervivència de l'anomenada generació nini, la que ni estudia ni treballa, amb el seu futur hipotecat i el seu complicat present. Eixe és d'entrada el gran interès que planteja el cinquè llargmetratge de Jaime Rosales, el quart que presenta en l'àgora cinematogràfica de Cannes. Des de la seua vocació per arribar a un públic ampli dins de les seues limitacions de cinema autoral, el relat s'inscriu en la temperatura ambiental dels nostres dies, i s'alinea amb les seues primeres pel·lícules, Las horas del día i La soledad, per a distanciar-se del formalisme, fins i tot experimentalisme, de Tiro en la cabeza i Sueño y silencio.
Hermosa juventud, plantejada amb una determinada vocació de realisme, segueix la vida d'una parella jove fent front a les seues penúries en el marc urbà d'extraradi, atrapada en el marc d'unes famílies desestructurades, en la impossibilitat dels seus somnis i la paràlisi laboral d'un país amb un 25% de desocupació i amb més de la meitat de la seua joventut aturada. A tal efecte dóna el protagonisme a actors amateurs (Ingrid García Johnsson i Carlos Rodríguez), dels quals aconsegueix extraure magnífiques interpretacions i plantejar encomiables desafiaments, com el coqueteig dels protagonistes amb el cinema porno per a guanyar-se uns diners. El relat es desvia del seu objectiu en incloure certes trames portades pel misteri que no acaben d'integrar-se amb naturalitat, i també es ressent de l'ambició de voler abordar massa flancs i més temes dels que és capaç de mantenir en equilibri (de vegades des d'una postura una mica superficial), però troba els seus millors moments en els retrats de la quotidianitat de la parella i algunes significatives el·lipsis. Rosales mostra una vegada més la seua insòlita capacitat dins del cinema espanyol per a observar amb lupa els gestos i comportaments dels seus personatges, així com per a exhibir dispositius estètics i narratius (esta vegada amb la multiplicació de textures i pantalles: Skype, WhatsApp, internet...) de discutible eficàcia però d'indubtable enginy.
Carlos Reviriego (EL CULTURAL, 19/05/2014)

NUESTRO MUNDO DESHABITADO
"La naturaleza del cine tiene que ver con la necesidad del hombre de apropiarse del mundo". La frase es de Tarkovski (de quién si no) y, de alguna manera, consciente o inconscientemente, guía los pasos del trabajo entero de Jaime Rosales. Desde Las horas del día, su primera película, todo su empeño cinematográfico ha consistido en arrancar a la realidad lo que la solidifica y endurece. Lo que de verdad esconde. Hermosa juventud es, si se quiere, el último esfuerzo; el más violento, hermoso, delicado y frontal empeño por atrapar el aliento de lo real, por apropiarse del mundo, que diría el ruso del principio.
Si se quiere, en una primera lectura muy superficial, Hermosa juventud habla de un tiempo, el de hoy, que obliga a esos que las encuestas definen como jóvenes a la más triste de las miserias: sin dinero, sin trabajo, sin interés por nada. Quizá sólo emigrar permanece como única opción. Por la pantalla, los personajes reproducen con cansancio los lugares comunes de su propio vacío. Y ahí quizá, Rosales acierta a dibujar la película que esta crisis necesitaba para mostrar toda su violencia, toda su ausencia de sentido. Todo. Delicada, veraz y hermosísima. 
Pero eso sería demasiado fácil. Y triste. La idea es ir más lejos hasta dar con el vacío mismo. De golpe, de la mano de unas interpretaciones transparentes cerca del milagro, ante los ojos del espectador se descubren las heridas profundas como pozos de eso que, a falta de mejor definición, damos en llamar vida. Hasta el dolor. 
Afirman los clásicos que lo real es tan sólo signo de una verdad profunda de la que los acontecimientos no son más que sombras, apenas el vapor difuso de un sueño. Eso o el extraño artefacto creado por un dios malévolo con el único propósito de engañarnos. Rosales, a su manera, es un clásico. En su cine, la realidad transcurre plácida en un juego aparentemente inocuo en el que los personajes se ofrecen al espectador como espejos. Somos ellos y lo somos con su mismo vocabulario y modales; idénticas dudas y certezas. Rosales trabaja como un esmerado artesano entregado a reproducir en pantalla el delicado artificio de lo real.
Hermosa juventud concluye el trabajo; lo lleva hasta sus últimas consecuencias; lo dota de todo su sentido. Esta vez, la tranquilidad amorfa y tibia de lo real no se verá sorprendida por nada ajeno, nada extraordinario. Ni el propio sexo vendido en internet en unas tristísimas escenas semipornográficas adquieren el carácter de lo excepcional. Ahora, lo real es simplemente una larga y atonal sucesión de nada más que nada. Y nada más. La cámara de Rosales se inmiscuye entre las vidas de unos jóvenes hasta trasladar a la pantalla la insoportable levedad de un vacío que, nos pongamos como nos pongamos, es el nuestro.
Son jóvenes y no tiene más que el silencio hueco de su propia juventud perdida. La idea es borrar el artificio; acabar con la ficción de la ficción. Quiere Rosales que todo lo que apezca en pantalla sea más real que la propia realidad. No se trata de un documental porque el documental sólo retrata unas vidas ajenas. Estamos delante de una ficción que convierte cada instante en un momento de la vida de cada espectador; una ficción que se niega a sí misma el carácter de ficción. Lo que contemplamos es real porque es nuestra realidad. Y es aquí donde el cine de Rosales, como aventuraba Tarkovski, se apropia del mundo; nuestro mundo. Hermosa juventud es vida; es vida porque duele. Sólo la vida hace daño. 
Luis Martínez (www.elmundo.es 17/05/2014) 


LA FITXA
Espanya, 2014. 103 minuts
Director: Jaime Rosales
Guió: Jaime Rosales i Enric Rufas. 
Fotografia: Pau Esteve Birba.
Música: Juan Gómez-Acebo. 
Producció: Jaime Rosales, José María Morales i Jérôme Dopffer.  
Intèrprets: Ingrid García-Johnson (Natalia), Carlos Rodríguez (Carlos), Inma Nieto (Dolores), Fernando Barona (Raúl), Juanma Calderón (Pedro), Patricia Mendy (Rosa), Miguel Guardiola (Germán).  









PRÒXIMA PEL·LÍCULA (EN COL·LABORACIÓ AMB L'ASSOCIACIÓ MATRIA EN COMMEMORACIÓ DEL DIA INTERNACIONAL DE LA DONA TERBALLADORA)

VIOLETTE / França, 2013 / 132 minuts
Martin Provost


Violette Leduc, filla bastarda nascuda a principis del segle passat, coneix Simone de Beauvoir en els anys de la postguerra a Saint-Germain-des-Près. Comença llavors una relació intensa entre les dues dones que durarà mentre visquen. Per a Violette, una relació basada en la cerca de la llibertat a través de l'escriptura, i per a Simone, la convicció de tenir entre les mans el destí d'una escriptora singular. 

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