Hermosa Juventud

1 Març  
V.O. en castellà.   
Amb la presencia del protagonista Carlos Rodríguez 
 
RETRATO DE LA JUVENTUD ACTUAL, RETRATO ACTUAL DE LA JUVENTUD
Empecé a pensar en Hermosa juventud a principios del 2013. Lo que me interesaba, con este nuevo proyecto, era hacer un retrato. Y, ¿cómo se hace un retrato mediante una ficción cinematográfica? Hace poco participé en un proyecto colectivo con otros cineastas en correspondencia un poco a la manera en como lo hicieron Víctor Erice y Abbas Kiarostami. Una vez acabado el proyecto, volvía la misma pregunta. ¿Qué es una carta de cine? ¿Puede hablarse de una carta entre dos amigos utilizando el medio cinematográfico? Supongo que sí puesto que lo hicieron Erice y Kiarostami y luego muchos otros cineastas... pero volvamos a Hermosa juventud y la idea del retrato. Antes de estudiar cine estudié fotografía. Descubrí con entusiasmo el trabajo fotográfico de Cartier-Bresson, de Robert Frank y de Ansel Adams. También descubrí los retratos de Irving Penn y de Richard Avedon. ¿Qué es un retrato? Según Avedon, un retrato es una fotografía en la que la persona retratada es consciente de que la están fotografiando. Lo interesante de esta definición es que apunta que en un retrato, a diferencia de en una instantánea captada inesperadamente, se establece una relación de complicidad entre el fotógrafo y el sujeto fotografiado. Lo que los grandes fotógrafos como Avedon lograban en sus retratos era sacar la esencia de la persona detrás de la máscara de su consciencia. Mostraban a la persona como realmente es más allá de lo que la persona creía ser o imaginaba ser.
Siguiendo la analogía de la fotografía, yo diría que en un retrato cinematográfico se debe contar con la complicidad de los sujetos retratados, con su participación activa en la película. Así es como procedí en este proyecto. Lo primero que hice es entrevistarme con muchos jóvenes. Me interesaba que me contaran cómo era su vida; de qué cosas hablaban entre ellos; qué les preocupaba. Me interesaba escuchar anécdotas vitales también; historias vividas en sus propias carnes o de amigos cercanos. Durante varios meses fui recopilando información.
Una vez empezaba a tener claro cómo era la vida de los jóvenes que viven en los barrios de una gran ciudad como Madrid, di con los personajes principales: Carlos y Natalia. Quería que la película contara una historia de pareja. No me gusta mucho hablar de una historia de amor; prefiero hablar de una historia de pareja. En mi caso, una pareja de jóvenes de 25 años a los que les iba a ocurrir una serie de cosas, de vicisitudes, a partir de un mosaico de historias reales que me habían sido contadas. Así nació el guión de Hermosa juventud.
Pero una película no es solo un guión, hay que rodarla y luego hay que montarla. Para ello también conté con un equipo de gente joven. Si se trataba de realizar un retrato sobre la juventud actual debía contar con jóvenes delante y detrás de la cámara. Así es como fui seleccionando, ayudado por mi productora ejecutiva, Bárbara Díez, un equipo técnico muy joven con apenas experiencia. Para la mayoría se trataba de su primera o su segunda película. Casi todos estaban por debajo de la treintena y conocían a la perfección las aficiones de la gente que estábamos retratando y sus maneras de vivir y relacionarse. Ellos me enseñaron muchas cosas sobre las nuevas tecnologías y las redes sociales. Todas esas cosas se fueron integrando pues no se trataba únicamente de hacer un retrato sobre la juventud actual sino también un retrato actual sobre la juventud. Las piezas smartphone de la película son parte de esta búsqueda de actualidad así como la mezcla de texturas entre las imágenes rodadas en 16mm y las imágenes rodadas en vídeo y por skype.
La película ha sido para mí todo un descubrimiento. Días antes de acometer el retrato descubrí toda una personalidad fascinante, pero no se trataba de un único individuo como en el caso de un posado fotográfico, sino más bien de todo un conjunto de personalidades diferenciadas y complementarias. Eso me pasó con todos los jóvenes que fui conociendo. Cada día me sorprendía algo que me contaban. Algo que para mí era completamente desconocido. Fui integrando en la película todo lo que pude, hasta el último momento.
Si tuviera que definir Hermosa juventud diría que se trata o se ha tratado de una película de oportunidades. Para el equipo era una oportunidad hacer su primera película. Para mí, una oportunidad de un nuevo comienzo. Necesitaba hacer algo diferente. Con mi último trabajo, Sueño y silencio, creo que había llegado al final de algo; era un punto y seguido de algo. En este sentido, Hermosa juventud también ha sido para mí una primera película. Con la experiencia de las anteriores, pero una primera película en definitiva. He realizado cosas que no se parecen en nada a mis anteriores trabajos. He mezclado ópticas, texturas y por primera vez la muerte no está presente. Nadie muere. Es una película sobre la vida. Sobre la vida de jóvenes actuales que luchan por abrirse camino en una España llena de dificultades. He vuelto a trabajar con actores profesionales y con iluminación artificial. Pero buscando la espontaneidad y realismo de las improvisaciones que lograba con actores naturales rodando con luz natural. He mezclado técnicas, formatos y prácticas para lograr llegar a un retrato muy preciso. He vuelto al color pero con encuadres muy dinámicos. Nada de cámara fija ni encuadres estilizados. El guión estaba escrito pero los actores luego decían lo que querían en cada nueva toma.
El impulso definitivo del proyecto llegó de manos de mi productor, José María Morales (Wanda Films), que me ha apoyado incondicionalmente desde los inicios y que se entusiasmó con esta película, un trabajo que finalmente podrá verse en Cannes. La hemos hecho posible en un momento en el que todo está cambiando y en el que hay que buscar nuevas formas de hacer las cosas. 
Jaime Rosales (EL CULTURAL, 9/05/2014)

En la secció Un certain regard li va tocar el torn a l'únic espanyol que presenta llargmetratge enguany a Cannes, Jaime Rosales, la proposta del qual sobre els efectes de la crisi econòmica en la joventut espanyola va generar no pocs entusiasmes. No és probablement el millor que es puga dir d'una pel·lícula, i no la fa vàlida per se, però la veritat és que Hermosa juventud és el primer film espanyol que aborda de front, sense buides coartades argumentals, el dia a dia de la depressió i la supervivència de l'anomenada generació nini, la que ni estudia ni treballa, amb el seu futur hipotecat i el seu complicat present. Eixe és d'entrada el gran interès que planteja el cinquè llargmetratge de Jaime Rosales, el quart que presenta en l'àgora cinematogràfica de Cannes. Des de la seua vocació per arribar a un públic ampli dins de les seues limitacions de cinema autoral, el relat s'inscriu en la temperatura ambiental dels nostres dies, i s'alinea amb les seues primeres pel·lícules, Las horas del día i La soledad, per a distanciar-se del formalisme, fins i tot experimentalisme, de Tiro en la cabeza i Sueño y silencio.
Hermosa juventud, plantejada amb una determinada vocació de realisme, segueix la vida d'una parella jove fent front a les seues penúries en el marc urbà d'extraradi, atrapada en el marc d'unes famílies desestructurades, en la impossibilitat dels seus somnis i la paràlisi laboral d'un país amb un 25% de desocupació i amb més de la meitat de la seua joventut aturada. A tal efecte dóna el protagonisme a actors amateurs (Ingrid García Johnsson i Carlos Rodríguez), dels quals aconsegueix extraure magnífiques interpretacions i plantejar encomiables desafiaments, com el coqueteig dels protagonistes amb el cinema porno per a guanyar-se uns diners. El relat es desvia del seu objectiu en incloure certes trames portades pel misteri que no acaben d'integrar-se amb naturalitat, i també es ressent de l'ambició de voler abordar massa flancs i més temes dels que és capaç de mantenir en equilibri (de vegades des d'una postura una mica superficial), però troba els seus millors moments en els retrats de la quotidianitat de la parella i algunes significatives el·lipsis. Rosales mostra una vegada més la seua insòlita capacitat dins del cinema espanyol per a observar amb lupa els gestos i comportaments dels seus personatges, així com per a exhibir dispositius estètics i narratius (esta vegada amb la multiplicació de textures i pantalles: Skype, WhatsApp, internet...) de discutible eficàcia però d'indubtable enginy.
Carlos Reviriego (EL CULTURAL, 19/05/2014)

NUESTRO MUNDO DESHABITADO
"La naturaleza del cine tiene que ver con la necesidad del hombre de apropiarse del mundo". La frase es de Tarkovski (de quién si no) y, de alguna manera, consciente o inconscientemente, guía los pasos del trabajo entero de Jaime Rosales. Desde Las horas del día, su primera película, todo su empeño cinematográfico ha consistido en arrancar a la realidad lo que la solidifica y endurece. Lo que de verdad esconde. Hermosa juventud es, si se quiere, el último esfuerzo; el más violento, hermoso, delicado y frontal empeño por atrapar el aliento de lo real, por apropiarse del mundo, que diría el ruso del principio.
Si se quiere, en una primera lectura muy superficial, Hermosa juventud habla de un tiempo, el de hoy, que obliga a esos que las encuestas definen como jóvenes a la más triste de las miserias: sin dinero, sin trabajo, sin interés por nada. Quizá sólo emigrar permanece como única opción. Por la pantalla, los personajes reproducen con cansancio los lugares comunes de su propio vacío. Y ahí quizá, Rosales acierta a dibujar la película que esta crisis necesitaba para mostrar toda su violencia, toda su ausencia de sentido. Todo. Delicada, veraz y hermosísima. 
Pero eso sería demasiado fácil. Y triste. La idea es ir más lejos hasta dar con el vacío mismo. De golpe, de la mano de unas interpretaciones transparentes cerca del milagro, ante los ojos del espectador se descubren las heridas profundas como pozos de eso que, a falta de mejor definición, damos en llamar vida. Hasta el dolor. 
Afirman los clásicos que lo real es tan sólo signo de una verdad profunda de la que los acontecimientos no son más que sombras, apenas el vapor difuso de un sueño. Eso o el extraño artefacto creado por un dios malévolo con el único propósito de engañarnos. Rosales, a su manera, es un clásico. En su cine, la realidad transcurre plácida en un juego aparentemente inocuo en el que los personajes se ofrecen al espectador como espejos. Somos ellos y lo somos con su mismo vocabulario y modales; idénticas dudas y certezas. Rosales trabaja como un esmerado artesano entregado a reproducir en pantalla el delicado artificio de lo real.
Hermosa juventud concluye el trabajo; lo lleva hasta sus últimas consecuencias; lo dota de todo su sentido. Esta vez, la tranquilidad amorfa y tibia de lo real no se verá sorprendida por nada ajeno, nada extraordinario. Ni el propio sexo vendido en internet en unas tristísimas escenas semipornográficas adquieren el carácter de lo excepcional. Ahora, lo real es simplemente una larga y atonal sucesión de nada más que nada. Y nada más. La cámara de Rosales se inmiscuye entre las vidas de unos jóvenes hasta trasladar a la pantalla la insoportable levedad de un vacío que, nos pongamos como nos pongamos, es el nuestro.
Son jóvenes y no tiene más que el silencio hueco de su propia juventud perdida. La idea es borrar el artificio; acabar con la ficción de la ficción. Quiere Rosales que todo lo que apezca en pantalla sea más real que la propia realidad. No se trata de un documental porque el documental sólo retrata unas vidas ajenas. Estamos delante de una ficción que convierte cada instante en un momento de la vida de cada espectador; una ficción que se niega a sí misma el carácter de ficción. Lo que contemplamos es real porque es nuestra realidad. Y es aquí donde el cine de Rosales, como aventuraba Tarkovski, se apropia del mundo; nuestro mundo. Hermosa juventud es vida; es vida porque duele. Sólo la vida hace daño. 
Luis Martínez (www.elmundo.es 17/05/2014) 


LA FITXA
Espanya, 2014. 103 minuts
Director: Jaime Rosales
Guió: Jaime Rosales i Enric Rufas. 
Fotografia: Pau Esteve Birba.
Música: Juan Gómez-Acebo. 
Producció: Jaime Rosales, José María Morales i Jérôme Dopffer.  
Intèrprets: Ingrid García-Johnson (Natalia), Carlos Rodríguez (Carlos), Inma Nieto (Dolores), Fernando Barona (Raúl), Juanma Calderón (Pedro), Patricia Mendy (Rosa), Miguel Guardiola (Germán).  









PRÒXIMA PEL·LÍCULA (EN COL·LABORACIÓ AMB L'ASSOCIACIÓ MATRIA EN COMMEMORACIÓ DEL DIA INTERNACIONAL DE LA DONA TERBALLADORA)

VIOLETTE / França, 2013 / 132 minuts
Martin Provost


Violette Leduc, filla bastarda nascuda a principis del segle passat, coneix Simone de Beauvoir en els anys de la postguerra a Saint-Germain-des-Près. Comença llavors una relació intensa entre les dues dones que durarà mentre visquen. Per a Violette, una relació basada en la cerca de la llibertat a través de l'escriptura, i per a Simone, la convicció de tenir entre les mans el destí d'una escriptora singular. 

La mujer del chatarrero

ENTREVISTA AMB DANIS TANOVIC
-Vostè representa el cinema independent i d'autor bosnià. Què el porta a realitzar un cinema tan diferent als corrents més comercials?
-En realitat sempre faig el que sent, sempre ho he fet així i sempre ho faré. No hi ha una forma predeterminada de fer pel·lícules i en esta pel·lícula, o anava a ser d'esta forma o no hauria arribat a existir. Podria haver fet un documental a l'ús però hauria hagut de tenir més temps, més diners… També existia l'opció de fer una ficció convencional, però com a mínim hauria necessitat dos anys per a cercar  productors que estigueren interessats en una història tan poc glamurosa. Esta pel·lícula ha sigut un experiment, persones fent d'elles mateixes. No dic que açò haja sigut revolucionari o que siga el primer a fer-ho, però jo no he vist mai alguna cosa així. I crec que l'experiment ha funcionat.
-Alguna vegada ha pensat a fer un cinema més comercial, fer alguna cosa semblat a un blockbuster?
-Em sorprèn que les meues pel·lícules no siguen un blockbuster [riu]. Jo no sóc part de la indústria. No sóc un banquer, ni un productor, només faig pel·lícules i pretenc transmetre un missatge, és el meu camí. No m'interessen els èxits comercials i no ho busque. Si et fixes en els llocs més alts de la Box Office, sempre són pel·lícules ximples que t'espenten a oblidar-te de tu mateix i la teua vida. En canvi jo no pretenc fer un cinema basat en l'entreteniment i l'evasió.
-La seua pel·lícula més famosa, la seua opera prima, En tierra de nadie va ser guanyadora de l'Oscar a Millor Pel·lícula de Parla no Anglesa. Com li influeix personalment i en la seua carrera cinematogràfica?
-No em va canviar, els meus cercles propers, amics i família no van canviar i més aviat el món va canviar la percepció que tenia de mi, em van posar dins del mapa.
-Els actors em van semblar fabulosos i informant-me sobre ells vaig descobrir per a la meua sorpresa que no han treballat mai en el cinema. On va trobar aquest elenc d'actors?
-Com he explicat abans els personatges són reals. Però la veritat, jo crec que ells són una mescla dels dos. Primer, pense que qualsevol persona pot ser un actor, qualsevol pot interpretar un paper en una pel·lícula. Va ser una mescla del seu talent, el meu talent, la història… 
-Els xiquets em van semblar adorables. Va ser difícil rodar amb ells?
-Bé, treballar amb xiquets és dur. Però sabia que si passava dos dies al voltant d'ells sense fer res, ells acabarien avorrint-se. Els xiquets s'avorreixen molt ràpidament. Així que estava amb la càmera amb ells durant dos dies i ells em besaven, jugaven amb la càmera… Però després de dos dies es van avorrir, i aleshores vaig començar a rodar.
-Quina va ser l'escena més complicada de rodar? 
-Supose que l'escena quan tornen a l'hospital per segona vegada i es porten als xiquets una altra vegada. Eixes dues escenes de rebot que la càmera grava, realment vaig percebre que ells es tornaven a sentir miserables, així que no els vaig obligar a repetir aqueixa escena, vaig comprendre el seu dolor i solament vam fer dues repeticions d'eixa escena.
-Durant tot el llargmetratge observem una varietat de plans destinats a crear un acostament asfixiant. Podria explicar-nos el perquè d'eixa decisió?
-Et refereixes a aconseguir que l'espectador no puga fugir? Està bé que la meua pel·lícula funcione [riu] No és genial açò ? Tant de bo fóra un gran director tècnic i poder-te explicar per què funciona, però per a mi, és una mica més instintiu que açò. És com sent jo les coses, és la forma la que ha d'explicar l'obra, i açò faig amb la meua pel·lícula. Intente que l'espectador no se'n vaja.

ENTREVISTA AMB DANIS TANOVIC
Cineuropa: Com et va arribar la història de Nazim i Senada i per què vas decidir fer una pel·lícula en la qual s'interpretaven a ells mateixos?
Danis Tanović: Fa un any vaig llegir un article sobre el que els va passar i em va fer molta ràbia. Hi vaig anar i vaig conèixer Nazif i Senada, encara que al principi no sabia què fer. Simplement sabia que volia fer una pel·lícula, però no quin tipus de pel·lícula. La tercera vegada que els vaig visitar vaig tenir esta idea eixelebrada i vaig dir a la productora que l'única manera de fer esta pel·lícula era que s'interpretaren a ells mateixos, perquè per a aquest tipus d'història no té sentit esperar per a aconseguir el finançament necessari per a una pel·lícula normal. Vam sol·licitar ajuda al fons bosnià, que ens va donar 17.000 euros, que va ser  una part considerable del nostre pressupost. Vaig anar-hi amb un equip xicotet fet d'amics amb els quals havia treballat en les meues anteriors pel·lícules i van accedir a fer-ho amb salaris mínims. La pel·lícula va nàixer d'un instint. No va haver-hi res planejat. Crec en l'instint. Després de tots aquests anys, m'he adonat que la direcció no és més que el teu punt de vista sobre el món. Qualsevol pot aprendre la base tècnica, però la resta són els teus sentiments, que en tens o no en tens. I esta és la manera com veig el món.
C.: Vas fer un guió?
D. T.: No. Vaig demanar a Nazif que m'explicara la història i jo m'apuntava moments que em semblaven interessants per a la pel·lícula. Cada dia el que fèiem era reconstruir el que va passar. No hi havia un guió, simplement recorríem la seua vida dia rere dia. No hi ha actors en la pel·lícula, ni diercció d'art, ni efectes especials. Tan sols els dos metges no s'interpreten a ells mateixos, per raons òbvies, però són metges en la vida real.
C.: Com va ser el treball amb actors no professionals?
D. T.: No feia més que dir-los que no actuaren, però no tenen la preparació per a açò. Totes les escenes van ser rodades en la primera o segona presa. En la tercera començaven a actuar i ací s'acabava tot. Els actors no professionals donen a la pel·lícula alguna cosa que els actors professionals no poden.
C.: La ràbia cap al sistema o la manca de l'Estat i la situació en la qual ens veiem obligats a viure és encara més clara en esta pel·lícula que en moltes altres produïdes a l'antiga Iugoslàvia.
D. T.: L'únic sistema que veig està a Eslovènia, fins a un cert punt. Tota la resta són tàctiques de supervivència, en lloc d'una estratègia per a tirar endavant. Ningú vol admetre-ho, però el sistema s'està enfonsant. Tots estos països tenen molts deutes i d'aquí a una mica hauran de rendir comptes. Les classes més baixes ja han hagut de fer-ho. Són els primers a caure quan arriben les dificultats. Estime el meu país, però no estic gens content amb la situació. Estic enfadat i trist. L'única cosa que ens salva és la bondat de la gent. Quan aquesta s'acabe, estem acabats. La raó per la qual vaig fer esta pel·lícula és perquè em vaig adonar que esta gent era dolça i plena d'amor. No estem en contacte amb la població gitana. Tot es redueix a veure'ls demanar almoina pels carrers o rentar els parabrises al carrer. No havia anat abans a un poblat gitano a passar temps amb ells. Un bon amic amic meu em va dir quan va veure la pel·lícula que a partir de llavors no els veuria de la mateixa manera. Açò és el més important per a mi.
Vladan Petkovic (www.cineuropa.org / 15/02/2013)



PER A AMANTS DE LA REALITAT EN ESTAT BRUT
El títol original d'esta pel·lícula és eloqüent: el que li passa a aquest ferroveller gitano i a la seua família, terrible per a qualsevol que tinga dos dits de front en aquest món que es pretén civilitzat, és només un episodi, un de punts d'una quotidianitat desnonada. És el que passa a Bòsnia si no tens targeta sanitària o a Romania si tens la mala sort de morir-te un dia en què les urgències estan desbordades.
Tanovic torna als seus inicis com a documentalista per a treballar amb actors no professionals que reconstrueixen un atroç capítol de la seua vida; rodar en nou dies banyant-se fins a la medul·la; fer cinema social que remoga consciències; i posar la tremolor de la càmera al servei de la realitat. No sempre ho aconsegueix: la dramatització dels fets que van indignar a Tanovic quan es va topar amb la notícia en un periòdic afegeix una capa d'estranyament que els propis protagonistes, que de vegades semblen incòmodes davant la càmera, assumeixen com a peatge per convertir-se en personatges. S'agraeix, açò sí, que el resultat no estiga embellit, que siga aspre i concís. No hi ha discursos exemplarizadors: la realitat es basta a si mateixa.
Sergi Sánchez (www.fotogramas.es)

Con simplicidad pasmosa y estilo de guerrilla, valiéndose de su previa experiencia en el frente de Sarajevo como cameraman para el ejército bosnio, Danis Tanovic (En tierra de nadie, Cirkus Columbia) recrea el calvario cotidiano sufrido por una familia de etnia gitana cuando a la madre, después de sufrir un aborto, se le niega la intervención quirúrgica necesaria para salvar su vida. La rebosante humanidad de Senada y Nazif, que se interpretan a sí mismos –el chatarrero se llevó el Oso de Plata al Mejor Actor en la Berlinale 2013-, contrasta con la banalidad malvada de esos burócratas sanitarios que hacen prevalecer la normativa por delante de derechos universales, como el de la propia vida. En lo más crudo del invierno balcánico, el periplo de la esposa doliente y su abnegado marido podría asemejarse al recorrido pre mortem del señor Lazarescu por las calles y hospitales de Bucarest, pero afortunadamente no nos encontramos en la sociedad deshumanizada y pro capitalista de la película de Cristi Puiu (La muerte del señor Lazarescu), sino en una pequeña aldea romaní al norte de Sarajevo, muy similar a las retratadas por Alain Keler en su multidisciplinar álbum Un viaje entre gitanos, y en la que los lazos de solidaridad y la autogestión permiten sobrevivir a estas minorías aún hoy subyugadas y excluidas de la política en los Balcanes.
Sergio F. Pinilla (cinemania.es / 21/02/2014)







LA FITXA
Epizoda u zivotu beraca. Bòsnia-Hercegovina, França, Eslovènia i Itàlia, 2013 / 74 minuts
Direcció i Guió: Danis Tanovic. 
Fotografia: Erol Zubcevic.
Producció: Amra Baksic Camo i Cedomir Kolar.  
Intèrprets: Senada Alimanovic, Nazif Mujic, Sandra Mujic, Semsa Mujic. 

PRÒXIMA PEL·LÍCULA (AMB LA POSSIBLE ASSISTÈNCIA DE L'ACTOR CARLOS RODRÍGUEZ)

HERMOSA JUVENTUD / Espanya, 2014 / 100 minuts
Jaime Rosales 


Natalia i Carlos són dos joves enamorats i precaris que lluiten per sobreviure a l'Espanya actual. Els seus limitats recursos els impedeixen satisfer els seus desitjos. No tenen grans ambicions perquè no alberguen grans esperances.




Magical Girl

15 Febrer


CARLOS VERMUT, EL 'MAGICAL BOY'
  Ahora que festivales, críticos y colegas se han rendido a su talento (desde Toronto a Almodóvar), Carlos Vermut se enfrenta a la prueba de fuego: el público. Hoy se estrena Magical Girl, el filme que hizo doblete histórico en San Sebastián, un siniestro, perturbador relato tocado por la originalidad dramática y, probablemente, la genialidad. Nos preguntamos: ¿qué convierte al joven Vermut en el magical boy del cine español?
Entonces, a pesar de los escepticismos, no íbamos tan descaminados. No lo íbamos cuando en junio de 2012, fascinados con una película de producción marginal (hecha con apenas 25.000 euros) y distribución alternativa (estreno on-line) titulada Diamond Flash, aseguramos que su director, Carlos Vermut (Madrid, 1980), había llegado del mundo del cómic para “hacer tambalear el cine español” con un “sorprendente, casi milagroso debut”. Tampoco, a pesar de los escepticismos, nos visitó la fiebre hiperbólica cuando a finales de ese mismo año, en las votaciones del mejor cine de la temporada, nuestros críticos situaron Diamond Flash en los primeros puestos de la lista. Es verdad que no fuimos los únicos en la celebración: los cronistas, festivales y espectadores más atentos también participaron de aquel entusiasmo hacia una ópera primera que, como indicamos, garantizaba a su responsable de apenas 32 años “un futuro muy prometedor”. 
Ese futuro no se ha hecho esperar demasiado. Se llama Magical Girl y, aunque la película estuvo a punto de entrar en el Festival de Cannes, probablemente lo mejor que le pudo haber pasado es competir en San Sebastián. Como es bien sabido, se hizo con el doblete histórico: Concha de Oro a Mejor Película y Concha al Mejor Director. Mientras, un Pedro Almodóvar rendido al talento de este joven 'magical boy' aseguraba en su blog que es “la gran revelación del cine español en lo que va de siglo”, y comparaba el impacto de la película, “una verdadera obra maestra”, con los que generaron los segundos filmes de Víctor Erice (El Sur, 1983) y de Iván Zulueta (Arrebato, 1980). Desde el fondo de la extraordinaria confianza en sí mismo, apenas suavizado por la humildad y timidez que le acompaña, Vermut mantiene los pies en el suelo: “Una película, por muchos premios que le den o todo lo que se monte a su alrededor, no son más que dos horas de historia en una pantalla. No es para tanto”. 
Es bien extraña la confianza que Vermut deposita en el relato, en el poder de las ficciones, pues tanto en su debut como en su segundo trabajo, los enigmas más perturbadores acontecen fuera de los márgenes de la pantalla, detrás de puertas que no se abren o en pretéritos que nunca se desvelan. Nos invita a imaginarlo: “El fuera de campo cumple la función de no querer nombrar los terrores y miedos arcanos que llevamos dentro. Siempre es mejor dejar al espectador trabajar. Es un ser sensible”. Esta necesidad de dirigirse a un “lector cómplice”, como pedía Baudelaire, no impide en todo caso que el guion de Magical Girl funcione como un preciso mecanismo de relojería que, tal y como reflexiona el ser más siniestro del filme en torno a la idiosincrasia cultural española, se disputa en la batalla entre el cerebro y la pasión, entre la razón y el instinto.
La comparación de Almodóvar es pertinente sobre todo en el segundo de los casos, no solo porque al cine de Vermut lo impulsa también, como lo hacía en Zulueta, la vocación de romper algunos sistemas adquiridos, sino por el desasosiego que provocan. Si Arrebato era un filme sobre el poder vampirizador del cine, Magical Girl utiliza el cine para vampirizar nuestro poder fabulador, obligarnos a rellenar los vacíos más siniestros de las ficciones. “Como guionista y como director, creo que el cine consiste en estar siempre tres jugadas por delante del espectador. Me ha pasado desde que soy pequeño, que me aburro con las películas que ya se ve hacia dónde van”. En esta estrategia, resulta esencial la convivencia hasta la disolución de códigos, géneros y tonos -costumbrismo, comedia macabra, retrato social, thriller noir, melodrama...-, avivando algo tan improbable como que Tarantino y Melville se crucen con Almodóvar y Rosales.
El filme asocia los tres personajes protagonistas (Luis Bermejo, Bárbara Lennie y José Sacristán), destinados a cruzarse en una espiral de perversiones (la bisagra que une sus destinos es un vómito), a los “enemigos del alma” según el Cristianismo -Mundo, Demonio y Carne-, y despegando de un rosebud en torno a la crueldad infantil y sus formas de manipulación, la cadena de chantajes que pone en escena Magical Girl se encamina con decisión hacia el reverso de las buenas intenciones, hasta retorcer los principios de la moral. Como sostiene Vermut, en Magical Girl todo lo cruel y atroz ocurre no por un exceso de odio, sino por un exceso de amor”. Si algo deja claro el filme concebido en forma de puzzle, desde las presencias de sus tres protagonistas, es que todos alimentamos un monstruo en nuestro interior. “Es muy cobarde dividir a los hombres en monstruos y en humanos. Dependiendo de las circunstancias, todos podemos llegar a ser abyectos. Yo soy un relativista. Y cuando escribo mis filmes, ese relativismo es casi como un dogma”.
El impacto dramático de Magical Girl, que conduce a los territorios del dolor y la destrucción, encuentra su vehículo estético en una puesta en escena donde impera el minimalismo, casi el ascetismo bressoniano, con planos fijos de larga duración. “No quiero que nada distraiga de la historia. El centro de la película deben ser los actores, los personajes. No me gustan las cosas barrocas, ni los virtuosos movimientos de cámara”. Hallamos en su cine un rigor tocado por brotes de locura y espasmos de personalidad, logrando aquello tan difícil para cualquier creador: que su universo personal entronque con el escenario sociocultural de su tiempo. “Nadie me ha dicho lo que puedo o no puedo hacer en una película por una simple razón: jamás he sido ambicioso a nivel económico. No necesito ser rico. Y esto tiene algo que ver con la decadencia de España que se refleja en la película. Hemos querido manejar un dinero que no teníamos y eso nos ha condenado. Hemos pactado con el diablo cuando no somos tan listos”. 
Carlos Reviriego (EL CULTURAL, 17/10/2014)

'Suspiros de España'
Quiso Dios
con su poder
jugar con fuego y rayos de sol
y hacer con ellos una mujer.

Luis, un professor en atur, coneix en un bar Damián, també mestre, qui ha passat una llarga temporada a la presó. La seua serà una història breu i acabarà irremeiablement d'una manera cruel. El bar adquireix aleshores identitat de saloon de western, i l'aspror amb la qual Carlos Vermut ens mostra el seu duel podria emparentar l'escena amb, per què no, el cinema dels germans Coen. No obstant açò, els Coen no haurien rodat mai un duel en un castís bar de Madrid, amb la musiqueta d'una màquina escurabutxaques i la retransmissió d'un futbolístic Espanya – Portugal de categories inferiors com a única banda sonora de la tragèdia.
Aquest exemple serveix -a més d'altres presents en pel·lícules com La mujer sin piano (Javier Rebollo, 2009) o Gente en sitios (Juan Cavestany, 2013)- per a il·lustrar com el cinema d'autor patri ha aconseguit, els últims anys, representar d'una manera gens evident, la seua espanyolitat. Una marca a vegades casposa, a vegades patètica, però mai retratada des de l'altivesa ni el menyspreu. L'Espanya de Rebollo, de Cavestany o de Vermut, és la mateixa Espanya de Torrente o Carmina, però sense la sobreexposició ni la paròdia dels seus trets. Si de cas, embolicada amb un halo de pessimisme cínic. Però hi ha certa tendresa, que no condescendència, en la manera en què els citats directors l'observen. Així s'explica, per exemple, l'apassionada soflama que Oliver Zoco, un proxeneta en cadira de rodes, pronuncia en Magical Girl a favor de la Festa Nacional com a representació artística de l'enfrontament entre raó i emoció. El personatge és tan menyspreable com magnètic, i el seu discurs, tan apassionant com els que escoltava Clarice Starling de boca de Hannibal Lecter. I és que més enllà de l'acudit d'una Constitució Espanyola que exerceix de perfecte amagatall per al lliurament d'uns diners (doncs ningú va a tocar-la mai), o de l'ús d'una cançó de Manolo Caracol com a leit-motiv emocional de la protagonista, Magical Girl, com ocorria amb Diamond Flash, o amb els últims films de Rebollo i Cavestany, és una pel·lícula espiritualment castissa.
El segon llargmetratge de Carlos Vermut és un film de ferides a través de les quals es va descarnant el seu drama. I en eixe sentit, cap ferida oberta li ve millor per a encapsular als seus personatges que la crisi econòmica que ha arrassat Espanya en aquest lustre negre. Tot el que ocorrerà després naix del capritx inicial de Luis, un aturat que desitja fer-li un innecessari i banal regal a la seua filla malalta. Un mestre, víctima de les retallades, que no accepta que aquella classe mitjana a la qual pertanyia ja no existeix. El capitalisme segueix exercint de fàbrica de somnis impossibles, i per açò l'últim desig de la seua filla Alicia és tenir el prohibitiu vestit de la seua heroïna manga favorita. Luis iniciarà aleshores un descens als inferns per a fer-li front, d'alguna manera, a la crisi.
Però la fallida econòmica no és més que el decorat en el qual es mouen els personatges, de la mateixa manera que en Diamond Flash, Vermut va al·ludir al robatori de xiquets durant el tardofranquisme i la Transició al nostre país per part de l'Església per a embolicar el segrest d'una xiqueta a la pel·lícula, punt de partida que desencadenava la resta d'històries del film. Aquell misteriós personatge femení, de veu amable, que gestionava per telèfon el rapte mentre pintava la figureta d'un àngel, va ser revelat com una monja-androide en la historieta que David Rubín va aportar a la recopilació de còmics que acompanyaven l'edició en DVD de Diamond Flash, cosa que fa més evident la referència històrica que Vermut havia emprat en la pel·lícula.
Per a Vermut, Espanya és una dona ferida, maltractada, potser fins i tot amb el seu consentiment o per ella mateixa. La problemàtica relació que les seues dues pel·lícules estableixen amb la violència de gènere arrelen les seues històries, d'entrada, a una de les majors xacres de la nostra societat. Des de l'hospitalitzada mare sense rostre de Diamond Flash, al cos tallat de Bàrbara en Magical Girl, el director retrata els seus personatges femenins com a víctimes d'un poder superior que les sotmet, com eixe Déu totpoderós que jugava amb foc i rajos de sol en el conegut pasdoble. Però el personatge de Bàrbara és en aquest sentit apassionant, ja que aconsegueix fer d'eixa fragilitat arma llancívola per a manipular les peces del tauler a la seua voluntat i convertir-se en el vertader demiürg de la funció. D'alguna manera, la lliçó que ens ofereix Vermut és que no hi ha millor manera de sobreviure als contratemps que fer de la pròpia feblesa fortalesa. Una lliçó que, potser, hauríem d'aprendre com a país.

LA FITXA
Espanya, 2014. 127 minuts
Direcció i Guió: Carlos Vermut. 
Fotografia: Santiago Racaj. 
Producció: Álvaro Portanet Hernández, Amadeo Hernández Bueno i Pedro Hernández Santos.
Intèrprets: José Sacristán (Damián), Bárbara Lennie (Bárbara), Luis Bermejo (Luis), Lucía Pollán (Alicia), Israel Elejalde (Alfredo), Elisabet Gelabert (Ada), Miquel Insúa (Oliver), Teresa Soria Ruano (Adela), David Pareja (Javier), Eva Llorach (Laura).

PRÒXIMA PEL·LÍCULA

LA MUJER DEL CHATARRERO / Bòsnia-Hercegovina, França, Eslovènia i Itàlia, 2013 / 74 min.
Danis Tanovic

Nazif és ferroveller i viu a Bòsnia amb la seua dona Senada i les seues dues filles. Un dia, Senada pateix de forts dolors i ha de ser hospitalitzada d'urgència. Però no té cobertura sanitària i la parella ha de pagar l'operació, una fortuna per a un ferroveller. Durant deu dies, Nazif tracta desesperadament de trobar més ferralla per a vendre, recorre a diverses institucions, i remou cel i terra per a salvar la vida de Senada.







Asier y yo

8 Febrer


































ENTREVISTA A AITOR MERINO
Diario Progresista: ¿Cómo os repartisteis el trabajo?
Aitor Merino: Amaia y yo somos, además de mejores amigos, hermanos. Pero Asier y yo no la hemos hecho los dos solos. Es un trabajo de equipo. La tercera pata del proyecto es Doxa Producciones, con Ainhoa Andraka a la cabeza. Entre Amaia y yo, más que reparto de tareas, ha habido unas tareas compartidas. Nos entendemos de maravilla. Escribir el guión y elaborar la base del montaje del filme ha sido cosa de ambos (si bien el montaje lo ha realizado Amaia). También ha participado Gabriela Calvache (Cineática films), de Ecuador. Por más que sea un documental de bajo presupuesto, levantar un proyecto cinematográfico requiere mucha inversión, tanto en dinero como en trabajo. Han sido tres años muy intensos.
Diario Progresista: El documental es ameno, desenvuelto y refrescante pero trata un tema tabú donde los haya. El terrorismo de ETA. ¿Sabías donde te metías y hasta donde querías llegar?
A.M: Sí, sabíamos que es, quizás, el tema más delicado en el que puedas meterte. Levanta pasiones muy fuertes, casi todas, lógicamente, negativas, independientemente del lado que provengan. Pero la película no trata sobre el terrorismo. De hecho, esa palabra no aparece en ningún momento del filme. Ni cuando nos referimos a ETA ni cuando mencionamos a los GAL. En la película hablamos de la violencia. De violencia empleada con fines políticos. Pero por encima de todo, trata sobre la amistad. La violencia y la amistad son temas universales.
Diario Progresita: Tienes un precedente que es el documental La pelota vasca de Julio Medem que intenta “acercar posturas” .
A.M.: Nunca nos interesó hacer una película a modo de reportaje periodístico en la que los protagonistas se sientan frente a cámara a responder preguntas. Cuando supe que Asier sería liberado, tomé una cámara y comencé a grabar el mismo instante en el que abandonó la prisión; el reencuentro con la familia, la reincorporación a la vida en libertad, etc. Después, las cosas se fueron complicando y terminó siendo un documental autobiográfico sobre nuestra amistad y sobre cómo ha afectado a ésta la pertenencia de Asier a ETA. Lo grabé cámara en mano, y lo que aparece son situaciones reales y espontáneas, incluso las más intimas.
Diario Progresista: ¿Cuando te planteaste hacer el documental? ¿Cuándo Asier volvió a ser detenido por última vez o ya tenías la idea en mente de rodar algo sobre tu amigo buscando razones, preguntas, posibles respuestas etc?
A.M: Bueno, en realidad la última vez que le detuvieron ocurrió en la misma semana del estreno del documental en salas comerciales, en enero de este mismo año. Ese hecho desbarató todos nuestros planes, fue totalmente inesperado. Más aún teniendo en cuenta las razones de su encarcelamiento: haber trabajado como intermediario entre el colectivo de presos y distintos organismos sociales y políticos. Una labor que hizo de manera pública después de salir de prisión en 2010 y que dio como resultado que dicho colectivo asumiera la legalidad penitenciaria española, algo que se les reclamaba desde hacía años. Según el juez, dicha actividad es (presuntamente) constitutiva del delito de pertenencia a banda armada, y por ello Asier y otras siete personas (la mayoría abogados) fueron detenidas y encarceladas sin posibilidad de fianza. Actualmente está en la cárcel de Aranjuez a la espera de juicio.
     La idea del documental surgió meses antes de que Asier cumpliera su pena de prisión en el Estado francés, tras haber pertenecido a ETA en el año 2002. Mientras estaba en la cárcel, a pocos meses de que terminara de cumplir su condena, Amaia tuvo la idea de hacer algún tipo de trabajo sobre él. La idea quedó flotando en el aire. Después, los acontecimientos se precipitaron. Un día de julio de 2010 me llamó la familia de Asier informándome de que, sorpresivamente, lo liberarían al día siguiente. Dejé los planes que tenía en Madrid y tomé varios trenes hasta llegar a Figueres, cerca de la frontera, donde fue liberado. Asier no sabía absolutamente nada. Así que, aprovechando la coyuntura, me escondí tras un seto y comencé a grabar a hurtadillas el instante en que se abraza por primera vez a sus seres queridos, tal como se ve en la película. Después le conté la idea, claro, e iniciamos este viaje que aún continúa, pues la película sigue viajando por festivales de todo el mundo.
Diario Progresista: La izquierda abertzale fue durante mucho tiempo acusada (con razón o sin ella) de ser el “entorno de ETA”. 
A. M: El apoyo tácito de la izquierda abertzale a la violencia de ETA lo ha manchado todo durante demasiados años. Pero por fin han dejado de usar esa estrategia. Ojalá lo hubieran hecho mucho tiempo antes, evitando tantísimo daño irreparable.
Diario Progresista: La escena más dura de la película es, a mi entender, la de Asier con su madre. Tú en tu documental revelas algunos mecanismos interesantes como provocar una discusión pero ¿Cómo se comporta una persona que conoces delante de una cámara? ¿Dice siempre lo que piensa o piensa siempre lo que dice? Porque supongo tiene que ser difícil ser espontáneo y no callar cosas.
Aitor M: Esa escena en concreto sucedió en la cena de nochevieja. Era la primera nochevieja que Asier pasaba con su madre tras casi ocho años encarcelado. Yo me limité a cenar y conversar como amigo de la familia que soy, eso sí, siempre con la cámara en mano, grabando. Y cuando pregunté a la madre de Asier cómo había vivido ella la pertenencia de su hijo a ETA, lo que ocurrió no podría haberlo previsto. Es cierto que la presencia de una cámara impone siempre, y que de alguna manera condiciona las conversaciones. Pero te puedo asegurar que en esa escena en concreto, lo que ocurrió fue totalmente espontáneo. En esa discusión entre madre e hijo, de tan acalorada que fue, estoy seguro de que ambos se olvidaron de que yo estaba grabando. Por eso tiene la fuerza que tiene. Lo mismo ocurre en la escena en la que le cuento a Asier, en el monte, una pesadilla que tuve días antes, y que tiene que ver con mi miedo a que él fuera capaz de emplear la violencia con sus propias manos. Asier no sabía que le soltaría algo tan fuerte, que ni siquiera le había planteado sin una cámara delante, y por tanto su respuesta fue como fue: impredecible y, para mí, sorprendente. Es lo que te decía de los documentales en los que una persona se pone a responder preguntas frente a la cámara, sin más: que las respuestas pueden sonar a discurso, a perorata. Y eso no nos interesaba para nada. Además, hay que tener en cuenta que Asier y yo somos amigos desde la infancia. No son entrevistas, sino situaciones reales entre personas que, aunque no estén de acuerdo en algunas cosas importantes, se quieren.
Diario Progresista: ¿Descartaste material del que grabaste por miedo?
A M: No, no hemos descartado absolutamente nada por miedo. Hemos hecho la película con total libertad. Solo hay una secuencia en la que hemos tapado los rostros de la multitud (cuando Asier es recibido en las calles de Pamplona) para que no puedan identificarse sus rostros. Y hemos puesto un pitido en otro momento en el que una amiga dice, literalmente, que se caga en el rey de España, pues constituye un delito de injurias a la Corona, y tampoco queríamos poner en apuros a esta amiga. Además, hemos enfatizado el pitido y el borrado de sus labios al decirlo para que sea evidente que optamos por autocensurarnos, con la idea de dejar en evidencia lo absurdo de tener que hacerlo. Por lo demás, te aseguro que no nos hemos cortado un pelo.
Diario Progresista: Históricamente al pueblo vasco se le han negado derechos básicos como hablar su propia lengua. Pero ¿nadie se ha planteado una vía no violenta de solucionar el tema o está siendo todavía dificil? ¿Crees que hay presos por ideología o lo son por acciones demostrables?
A.M: En cuanto al empleo de vías no violentas para lograr el derecho a la autodeterminación, o a decidir, como se le llama ahora, en realidad, exceptuando a ETA, en las últimas décadas en Cataluña, Galicia o Euskal Herria la mayor parte de las propuestas nacionalistas han sido no violentas. Y ahora, al fin, ni siquiera ETA apuesta por dicha vía. Respecto a si hay presos por ideología… Técnicamente, no sé si ese término es el correcto, la verdad. Pero sí hay muchos presos (el propio Asier entre ellos, o también Arnaldo Otegi, por citar al más conocido) que lo están por haber realizado actividades exclusivamente políticas. Y a día de hoy hay pendientes aún multitud de causas abiertas contra personas y grupos que han realizado actividades políticas, que gusten o no, son -insisto-, únicamente políticas. No se persigue tanto la ideología como el proyecto que se defiende o por el que se trabaja. La excusa para encarcelarlos es la existencia de ETA; se les acusa de pertenecer o trabajar para ella, y a partir de ahí, ancha es Castilla. Con una opinión pública española que, alentada por los grandes medios de comunicación, aplaude mayoritariamente las muestras de mano dura por parte del Gobierno de turno contra lo que denominan “los tentáculos de ETA” (y donde cabe lo que a ellos les conviene en cada momento), nadie protesta ni se lleva las manos a la cabeza. Salvo en Euskal Herria, donde este tipo de políticas se ven cada vez con mayor rechazo, pues son percibidas como un torpedeo al proceso de paz. Y la gente quiere pasos hacia delante. 
     Yo estoy hasta las mismísimas natrices de repetir lo mismo en todas las entrevistas, porque veo que va a saco roto. Aquí, en Madrid, en mi querida ciudad, a la mayoría de la gente le importa un rábano que mi amigo Asier esté en la cárcel por realizar una labor en pro del proceso de paz (aunque explicar las razones políticas subyacentes es más complejo). Sí, él perteneció a ETA hace más de una década. Pero ahora su apuesta por emplear cauces democráticos es absolutamente firme. Cuando cuento la razón por la que está encarcelado, percibo que no me creen, incluso algunos de mis amigos me escuchan con desconfianza. 
Diario Progresista: ¿Ha visto Asier el documental? ¿Crees que habrá segunda parte o ya has dicho lo que tenías que decir?
A.M: Sí, Asier pudo ver la película antes de ser encarcelado de nuevo. Para él ha sido un proceso muy, muy difícil. Precisamente porque la película no es un retrato complaciente, y porque las situaciones que se muestran son tan comprometedoras, además tratándose de un tema tan delicado que no solo le afecta a él, sino a toda su familia y allegados. Poco después del estreno, en la primera visita que le hice a la cárcel de Aranjuez en la que está encerrado, se lo comenté medio en broma y me contestó que no se volvería a embarcar en algo así de nuevo ni por todo el oro del mundo.
Eduardo Nabal (http://www.diarioprogresista.es / 31 d'octubre de 2014)

EL MEU AMIC, EL QUE ÉS INSASSUMIBLE
Lluny de la distància de seguretat que un espectador espanyol pot mantenir pel que fa a la realitat registrada en una pel·lícula tan provocadora i polèmica en les seues estratègies com The Act of Killing (2012), de Joshua Oppenheimer -extraordinària per a alguns; summament reprovable per a uns altres-, una proposta molt més modesta -i, també, menys sensacionalista i pirotècnica- com Asier y yo, dels germans Amaia i Aitor Merino, té el valor de posar les coses veritablement difícils a qui vulga acostar-se, sense crispacions, als seus mèrits i febleses. Actor que va tenir el seu gran trampolí en Historias del Kronen (1995), Aitor Merino pren la veu cantant del documental per a ficar-se en una camisa d'onze vares teixida en filferro: explicar, des d'una posició més propera a l'afecte que a la perplexitat o a la inquietud, la seua llarga relació amb un amic d'infància, un fidel company de fatigues que, poc després que l'actor viatjara a Madrid per a emprendre la seua carrera professional, va desaparèixer del mapa per a tornar com a membre de la banda terrorista ETA.
Si alguna cosa deixa clar Asier y yo és que ni en el seu interior ni en les seues estratègies hi ha gens de cinisme: alts percentatges d'ingenuïtat, sí; una mica de malaptesa i confusió, també però, sobretot, un element central ja esmentat: l'afecte. I, per descomptat, els seus paranys. I una mescla no sempre equilibrada d'impudícia, atreviment i inconsciència, que a algun sector del públic li resultarà intolerable, però que no sembla respondre a una altra fi que la de proposar que es parle de l'assumpte, que es dialogue sobre un conflicte traumàtic i la tibant gestió d'un canvi d'estratègia.
En els seus millors moments, Asier ETA biok explica la història d'un individu que intenta comprendre -i bregar amb- la transformació del seu amic íntim en un enigma inassumible. En ocasions, Merino intenta pal·liar el rerefons de l'assumpte amb un sentit de l'humor que de vegades grinyola: el seu relat d'una detenció domiciliària o d'un dilema personal referit a un Mundial de futbol en forma de 'one man show' histèric… un to que les moltes implicacions del context basc no es mereixen. El documental aconsegueix un poderós valor testimonial en els moments en què se centra en la figura del pare d'Asier, dany col·lateral del tancament del diari Egin -la clausura per la força d'un mitjà de comunicació en una democràcia, en definitiva- i víctima de la tòxica ampliació del camp semàntic d'ETA. Són escenes i testimoniatges que en cap moment justifiquen la violència, però permeten acostar-se i entendre la mirada de l'altre costat.
La labor dels germans Merino aconsegueix tres moments clau quan la càmera registra allò que no esperava veure, però en tots ells Aitor Merino es descol·loca i no aconsegueix situar-se a l'altura de les circumstàncies -cosa que, en el seu descàrrec, no era precisament fàcil-: a) el viatge de retorn a Pamplona d'Aranguren després de la seua condemna, que aconsegueix el seu clímax en un acte homenatge on es llancen visques a ETA; b) un sopar familiar de cap d'any on es desvetla un secret sobre l'avi gudari i la mare esbossa una reprimenda a l'ús de la violència, davant el discurs summament contradictori i erràtic d'Aranguren; i c) un diàleg en la muntanya entre Merino i Aranguren on el primer recorre a una argúcia dialèctica per a formular una pregunta incòmoda -hi ha delictes de sang en l'expedient personal de l'amic?- i el segon s'escapoleix amb una altra argúcia dialèctica que un no sap si obri un espai d'ambigüitat o d'arrogant insolència. La pel·lícula ofereix alguna cosa inèdit: compartir un territori d'intimitat amb un etarra però, al final, queda la impressió de que ha quedat més exposat -i sobreexplicado- Aitor Merino en la seua candidesa que Asier Aranguren en eixa opció de vida que la pel·lícula no justifica, però tampoc desentranya.
Jordi Costa (EL PAÍS, 16 de gener de 2014)



LA FITXA
Asier ETA biok. Espanya, 2013. 93 minuts
Direcció i Guió: Amaia Merino y Aitor Merino. Fotografia: Aitor Merino. Música: Alex Alvear i Alicia Alemán. Producció: Ainhoa Andraka, Amaia Merino, Aitor Merino i Gabriela Calvache. 

PRÒXIMA PEL·LÍCULA
MAGICAL GIRL / Espanya, 2014 / 127 minuts
Carlos Vermut

Luis, un professor de literatura en atur, tracta de fer realitat l'últim desig de la seua filla Alicia, una xiqueta de 12 anys, que pateix un càncer terminal: tenir el vestit oficial de la sèrie japonesa de dibuixos animats "Magical Girl Yukiko". L'elevat preu del vestit el portarà a engegar una insòlita i fosca cadena de xantatges. En estes circumstàncies, coneix Bàrbara (Bárbara Lennie), una atractiva jove que pateix trastorns mentals, i a Damián, un professor retirat amb un passat tempestuós. Els tres quedaran atrapats en una fosca xarxa, en la qual l'instint i la raó entren en conflicte.

PREMIS GOYA: 7 NOMINACIONS INCLOENT MILLOR PEL·LÍCULA
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN: CONXA D'OR (MILLOR PEL·LÍCULA) I MILLOR DIRECTOR  

PRESENTADA PER L’ACTRIU BÁRBARA LENNIE, NOMINADA ALS PREMIS GOYA A LA MILLOR INTERPRETACIÓ FEMENINA PROTAGONISTA









Blue Jasmine

1 Febrer


ENTREVISTA A WOODY ALLEN
Ha tornat a fer-ho. En una més de les múltiples metamorfosis que ha protagonitzat al llarg de la seua carrera, Woody Allen es reinventa. Un pas més lluny i alhora un pas més prop de si mateix, de revelar al món que a un geni mai se li pot donar per perdut. Amb Blue Jasmine, un drama protagonitzat per Cate Blanchett sobre una dona de classe alta que, colpejada per la crisi, es veu abocada a la pobresa, ha lliurat la seua millor pel·lícula des de Match Point. Per a molts, una altra obra mestra en la seua crucial filmografia.
Una de les primeres i més celebrades bromes de Allan Stewart Konigsberg resultava tan senzilla com il·luminada. L'home diminut, nerviós i amb ulleres que llavors era -parlem de finals dels 50- i que encara segueix sent -parlem de més de 60 anys després- pujava a l'escenari i, a manera de presentació, soltava: “L'única cosa que lamente és no ser un altre”. En aquella època escrivia de forma compulsiva acudits per a figures com Herb Shriner o Ed Sullivan. No seria fins a 1961 quan adquirira cert renom com a monologuista en clubs novaiorquesos com Bitter End o The Duplex. Llavors, ja confiat davant del micròfon, era definitivament, un altre: Woody Allen.
D'alguna forma, eixa frase ha perseguit eixa icona universal de la derrota tota la seua carrera. És més, es diria que la vocació d'aquest cineasta amb un talent innat per a deprimir-se ha sigut sempre la de convertir-se en un altre. Blue Jasmine és, si es vol, l'últim i més reeixit intent per transformar-se; per fer del seu quasi inexistent cos la millor imatge possible d'una metamorfosi, qualsevol d'elles.
-És conscient que com en Interiores o Match Point potser aquesta pel·lícula signifique un gir en la seua carrera?
-Qui diu açò?
-La crítica, per exemple.
-Fa temps que vaig desistir de llegir el que escriuen de mi. No hi ha distracció a la qual se li puga traure menys partit. Tendisc a pensar que el meu cinema és com el menjar xinés. Et sentes i davant de tu apareixen infinitat d'ingredients, productes exòtics... Després ho proves i tot sap semblat. Al cap i a la fi, el cuiner és el mateix.
Conta, i repeteix amb insistència en l'hotel Bristol de París en el qual atén la premsa, que tot és fruit d'una casualitat. “No hi ha res planejat en el meu treball. Mai intente donar lliçons de res ni convertir-me en oracle de ningú”, diu a poc a poc potser per tal d'espantar fantasmes. Blue Jasmine, de fet, llueix tersa com alguna cosa més que una nova pel·lícula de Woody Allen. La història d'una rica desheretada per culpa de malalties tals com l'avarícia, la impostura o la més simple estupidesa sembla com la perfecta radiografia d'un temps, per ordre, avar, impostor i estúpid. És a dir, el nostre. I, clar, tanta metàfora espanta qualsevol.
-Cate Blanchett afirma que el seu personatge té el mateix significat simbòlic que Blanche DuBois en Un tranvía llamado deseo. Les dues simbolitzen una societat que s'enfonsa...
-Jo no m'atreviria a tant. Si hi ha una mica de veritat en açò, és per simple casualitat. Per a ser sincer va ser la meua dona la que va desencadenar tot el procés. Un bon dia em va explicar la història d'una coneguda seua molt rica que, de sobte, s'havia quedat sense un duro per culpa de la crisi. Em va impressionar. I no tant la història en si com les seues possibilitats dramàtiques.
-Diria que és la realitat de la crisi actual la que l'inspira en aquest cas?
-No. Si m'interessara la realitat, hauria explicat el que li ha passat a la classe mitjana a tot el món, inclosa Espanya. Hi ha molta gent que ha perdut tot i ha passat de viure una vida tranquil·la a la més absoluta pobresa. Ells són les autèntiques víctimes de la crisi i no la Jasmine de la meua pel·lícula, que pertany a la classe alta.
Entrevistar algú que de forma tossuda es nega a si mateix qualsevol possibilitat de protagonisme o transcendència, resulta com menys alliçonador. A més de bastant cruel per a tots els altres. Nega que siga la història del magnat Bernard L. Madoff, com tant s'ha dit, la que ha guiat els seus passos. I posats a no deixar-se capturar, evita atorgar cap significat al fet que aquesta siga la pel·lícula dramàtica, i més trista, després de tants anys i de 43 llargmetratges com a director: “És la història la que mana, no el meu estat d'ànim. Si fora per açò, totes les meues pel·lícules serien tragèdies”, conclou obstinat en no ser pres per un altre. Ell, ja ho hem dit, és sempre un altre.
A la vista de la seua filmografia, el que impera ara és, de nou, la seua necessitat de ser un altre, de no deixar-se atrapar ni per la voracitat de les preguntes en una senzilla entrevista ni pel que l'espectador espera d'ell. Dista molt l'ocurrent escriptor de Sueños de seductor del cineasta que va revolucionar la indústria amb Annie Hall (des d'aleshores cap altra comèdia ha guanyat un Oscar a millor pel·lícula), o aquest últim de l'home que es va reinventar en Match Point després d'una sequera creativa prop del suïcidi, o tots els anteriors del director que va sorprendre al món fa dos anys amb l'èxit de Medianoche en París, la seua cinta més taquillera fins avui.
En definitiva, la clau sembla estar sempre en el seu gens dissimulat esforç per ser el contrari al que s'espera d'ell. “En una ocasió em van acusar que en un moment de la meua carrera el públic m'havia abandonat. No és cert, vaig ser jo el que els vaig abandonar a ells i no ells a mi”. La mateixa afirmació apareix en el llibre d'entrevistes signat per Eric Lax i sembla clar que l'exhibeix com a senyal d'identitat. Es refereix al període en el qual va deixar de fer comèdies per a reinventar-se amb Interiores i Recuerdos. “Sempre hi haurà els qui insistisquen que les meues millors pel·lícules són Annie Hall i Manhattan, però crec que després he fet films molt millors”.
-En el seu cinema sempre han tingut un paper rellevant les dones. Quatre de les seues actrius han guanyat un Oscar.
-Em trobe millor envoltat de dones que d'homes. Tot el personal que treballa amb mi des de la meua cap de premsa al meu assistent són dones. Potser siga per culpa de la meua mare, una dona molt estricta, que ha deixat petjada en mi.
-I el seu pare?
-Ell era molt simpàtic. Li queia bé a tothom. El seu únic interès era el beisbol.
A Cate Blanchett, l'última a arribar, la va conèixer en El talento de Mr Ripley. “Em va semblar una actriu excepcional. Quan en portava la meitat del guió escrit, vaig començar a parlar amb ella. La vaig cridar i em va dir que tenia un buit entre una obra de Chéjov i una altra de Jean Genet. Em vaig sentir important de sobte”, comenta amb el gest d'un acudit assajat.
El resultat de la trobada entre el director i l'actriu és una cosa tan difícil d'explicar com a evident i magnètica en la pantalla. Allen fa navegar el seu personatge per un guió febril que es mou sense la menor interrupció entre el passat d'una vida dissoluta i el present d'una existència fracturada. No existeix el sempre maldestre recurs al flashback. Simplement, els temps discorren en paral·lel entre l'arquitectura d'un guió perfecte. Si últimament se li havia acusat al director de displicència, quan no de simple caos, en la posada en escena; ara Allen s'exhibeix com un virtuós constructor d'històries. Blanchett, per descomptat, entén la fallida d'un personatge sempre llançat al límit entre la comèdia i el drama, el buit i el soroll, el ridícul i el sublim. I, de sobte, Jasmine s'imposa com l'única certesa trista de l'única existència possible. Tots som la trista Blue Jasmine.
El 1976, el dibuixant d'historietes Stuart Hample va proposar a Allen ser un altre, ser un simple dibuix. Inside Woody Allen, així es deia la tira còmica, va arribar a aparèixer en 460 periòdics que va consolidar per sempre la imatge estereotipada del mite fatalista, traumatitzat i voraçment lúcid. Allen només va demanar a Hample una cosa: “Per favor, no em faces tan masoquista. No ho sóc en la vida. Intentar-ho i fracassar és divertit. Ser masoquista, no”. Aquesta, que va durar fins a 1984, va ser no l'última, però sí la més vistosa metamorfosi d'Allen. Doncs bé, la d'ara, amb Blue Jasmine fa un pas més enllà, un pas més cap a Allen. Allen insisteix a ser un altre i açò és precisament el que fa d'ell el genuí Woody Allen.
-Deixaria el cinema per alguna cosa, per la música potser?
-Sí, el problema és que si deixe de fer pel·lícules ningú aniria a veure'm a tocar el clarinet. Sóc el pitjor músic del món. Sé que van a veure'm perquè sóc famós amb el cinema.
Luis Martínez (EL CULTURAL 15/11/2013)

EL PASADO SIEMPRE VUELVE 
«Por eso nadie quiere mirar a los enfermos. Son pacíficos monstruos inocentes/que saben recordar el porvenir». En estos hermosos versos de Carlos Marzal podría reflejarse la miseria de Jasmine, esa versión Chanel de la Blanche Dubois de Un tranvía llamado deseo que también podría ser una Ruth Madoff de turno. Lo más incómodo de la última película de Woody Allen es que su mirada carece de la arrebatada poesía con que Tennessee Williams salvaba a su heroína de la quema. Allen la comprende pero no la compadece. Cuando Jasmine llora desconsoladamente después de recibir una llamada que la puede rescatar de los infiernos de un barrio obrero de San Francisco, Allen corta el plano a los tres segundos. Ni un asomo de indulgencia ni sentimentalismo, ni hacia el personaje, al que desprecia, ni hacia Cate Blanchett, que se basta y sobra para recoger sus pedazos buscando matices en cada cuenta de collar. De repente, Allen se ha convertido en el Todd Solondz de Palíndromos. Blue Jasmine tiene una estructura circular, palindrómica, para demostrar que nadie cambia, y que para sobrevivir hay que resignarse o entregarse a la locura.
Al principio, puede parecer que va a hacer una caricatura de la mujer rica pero arruinada que se ve obligada a adaptarse a lo que considera un medio hostil –la casa y el entorno social de su hermana (excelente Sally Hawkins), cajera de supermercado en los suburbios de San Francisco–, pero esta materia prima, que podría haber derivado en una moderna screwball comedy, se transforma en una tragedia seca, implacable. El cine de Allen ha explotado con frecuencia el poder del «fatum» griego, pero el nihilismo de Blue Jasmine alcanza cotas insospechadas. No hay adornos: ni referencias a Bergman (Interiores, Otra mujer, Septiembre) ni disquisiciones sobre la moral de Dios (Delitos y faltas) ni coartadas autobiográficas (Maridos y mujeres). Abusa de los «deus ex machina», y en algún momento da la impresión de que idealiza las vidas-vulgares-sencillas-y-felices de la clase trabajadora con un punto de condescendencia (la crisis económica sirve como eficaz e insistente macguffin), pero cuando se decide a repartir hachazos, el resultado pone los pelos de punta. En Alice o La rosa púrpura de El Cairo, sus heroínas podían escapar a través del sueño o la ficción. En su misantrópica tercera edad, Allen le procura a Jasmine un solo punto de fuga: un pasado que vuelve a devorar sus esperanzas, castigándola así a convivir con el horror de ser una mujer bajo la influencia.
Sergi Sánchez (La Razón, 15 de novembre de 2013)



LA FITXA
EUA, 2013. 98 minuts
Direcció i Guió: Woody Allen. Fotografia: Javier Aguirresarobe. Producció: Letty Aronson, Stephen Tenenbaum i Edward Walson. 
Intèrprets: Cate Blanchett (Jasmine), Sally Hawkins (Ginger), Alec Baldwin (Hal), Bobby Cannevale (Chili), Alden Ehrenreich (Danny), Louis C.K. (Al), Andrew Dice Clay (Augie).

PRÒXIMA PEL·LÍCULA
ASIER Y YO / Espanya, 2013 / 94 minuts
Aitor Merino i Amaia Merino  

Asier i l'actor i director Aitor Merino van créixer junts a Pamplona. Van anar junts a la ikastola i es van fer grans amics. Anys després, Aitor es va traslladar a viure a Madrid en el seu desig de ser actor. Quan, en 2002, Asier va ingressar en la banda terrorista ETA, Aitor es preguntava com podria fer entendre als seus amics de Madrid el que ni ell mateix aconseguia comprendre. Quan Asier va eixir de presó, es va proposar fer un documental en la qual el seu amic poguera explicar el perquè de la seua decisió.