Asier y yo

8 Febrer


































ENTREVISTA A AITOR MERINO
Diario Progresista: ¿Cómo os repartisteis el trabajo?
Aitor Merino: Amaia y yo somos, además de mejores amigos, hermanos. Pero Asier y yo no la hemos hecho los dos solos. Es un trabajo de equipo. La tercera pata del proyecto es Doxa Producciones, con Ainhoa Andraka a la cabeza. Entre Amaia y yo, más que reparto de tareas, ha habido unas tareas compartidas. Nos entendemos de maravilla. Escribir el guión y elaborar la base del montaje del filme ha sido cosa de ambos (si bien el montaje lo ha realizado Amaia). También ha participado Gabriela Calvache (Cineática films), de Ecuador. Por más que sea un documental de bajo presupuesto, levantar un proyecto cinematográfico requiere mucha inversión, tanto en dinero como en trabajo. Han sido tres años muy intensos.
Diario Progresista: El documental es ameno, desenvuelto y refrescante pero trata un tema tabú donde los haya. El terrorismo de ETA. ¿Sabías donde te metías y hasta donde querías llegar?
A.M: Sí, sabíamos que es, quizás, el tema más delicado en el que puedas meterte. Levanta pasiones muy fuertes, casi todas, lógicamente, negativas, independientemente del lado que provengan. Pero la película no trata sobre el terrorismo. De hecho, esa palabra no aparece en ningún momento del filme. Ni cuando nos referimos a ETA ni cuando mencionamos a los GAL. En la película hablamos de la violencia. De violencia empleada con fines políticos. Pero por encima de todo, trata sobre la amistad. La violencia y la amistad son temas universales.
Diario Progresita: Tienes un precedente que es el documental La pelota vasca de Julio Medem que intenta “acercar posturas” .
A.M.: Nunca nos interesó hacer una película a modo de reportaje periodístico en la que los protagonistas se sientan frente a cámara a responder preguntas. Cuando supe que Asier sería liberado, tomé una cámara y comencé a grabar el mismo instante en el que abandonó la prisión; el reencuentro con la familia, la reincorporación a la vida en libertad, etc. Después, las cosas se fueron complicando y terminó siendo un documental autobiográfico sobre nuestra amistad y sobre cómo ha afectado a ésta la pertenencia de Asier a ETA. Lo grabé cámara en mano, y lo que aparece son situaciones reales y espontáneas, incluso las más intimas.
Diario Progresista: ¿Cuando te planteaste hacer el documental? ¿Cuándo Asier volvió a ser detenido por última vez o ya tenías la idea en mente de rodar algo sobre tu amigo buscando razones, preguntas, posibles respuestas etc?
A.M: Bueno, en realidad la última vez que le detuvieron ocurrió en la misma semana del estreno del documental en salas comerciales, en enero de este mismo año. Ese hecho desbarató todos nuestros planes, fue totalmente inesperado. Más aún teniendo en cuenta las razones de su encarcelamiento: haber trabajado como intermediario entre el colectivo de presos y distintos organismos sociales y políticos. Una labor que hizo de manera pública después de salir de prisión en 2010 y que dio como resultado que dicho colectivo asumiera la legalidad penitenciaria española, algo que se les reclamaba desde hacía años. Según el juez, dicha actividad es (presuntamente) constitutiva del delito de pertenencia a banda armada, y por ello Asier y otras siete personas (la mayoría abogados) fueron detenidas y encarceladas sin posibilidad de fianza. Actualmente está en la cárcel de Aranjuez a la espera de juicio.
     La idea del documental surgió meses antes de que Asier cumpliera su pena de prisión en el Estado francés, tras haber pertenecido a ETA en el año 2002. Mientras estaba en la cárcel, a pocos meses de que terminara de cumplir su condena, Amaia tuvo la idea de hacer algún tipo de trabajo sobre él. La idea quedó flotando en el aire. Después, los acontecimientos se precipitaron. Un día de julio de 2010 me llamó la familia de Asier informándome de que, sorpresivamente, lo liberarían al día siguiente. Dejé los planes que tenía en Madrid y tomé varios trenes hasta llegar a Figueres, cerca de la frontera, donde fue liberado. Asier no sabía absolutamente nada. Así que, aprovechando la coyuntura, me escondí tras un seto y comencé a grabar a hurtadillas el instante en que se abraza por primera vez a sus seres queridos, tal como se ve en la película. Después le conté la idea, claro, e iniciamos este viaje que aún continúa, pues la película sigue viajando por festivales de todo el mundo.
Diario Progresista: La izquierda abertzale fue durante mucho tiempo acusada (con razón o sin ella) de ser el “entorno de ETA”. 
A. M: El apoyo tácito de la izquierda abertzale a la violencia de ETA lo ha manchado todo durante demasiados años. Pero por fin han dejado de usar esa estrategia. Ojalá lo hubieran hecho mucho tiempo antes, evitando tantísimo daño irreparable.
Diario Progresista: La escena más dura de la película es, a mi entender, la de Asier con su madre. Tú en tu documental revelas algunos mecanismos interesantes como provocar una discusión pero ¿Cómo se comporta una persona que conoces delante de una cámara? ¿Dice siempre lo que piensa o piensa siempre lo que dice? Porque supongo tiene que ser difícil ser espontáneo y no callar cosas.
Aitor M: Esa escena en concreto sucedió en la cena de nochevieja. Era la primera nochevieja que Asier pasaba con su madre tras casi ocho años encarcelado. Yo me limité a cenar y conversar como amigo de la familia que soy, eso sí, siempre con la cámara en mano, grabando. Y cuando pregunté a la madre de Asier cómo había vivido ella la pertenencia de su hijo a ETA, lo que ocurrió no podría haberlo previsto. Es cierto que la presencia de una cámara impone siempre, y que de alguna manera condiciona las conversaciones. Pero te puedo asegurar que en esa escena en concreto, lo que ocurrió fue totalmente espontáneo. En esa discusión entre madre e hijo, de tan acalorada que fue, estoy seguro de que ambos se olvidaron de que yo estaba grabando. Por eso tiene la fuerza que tiene. Lo mismo ocurre en la escena en la que le cuento a Asier, en el monte, una pesadilla que tuve días antes, y que tiene que ver con mi miedo a que él fuera capaz de emplear la violencia con sus propias manos. Asier no sabía que le soltaría algo tan fuerte, que ni siquiera le había planteado sin una cámara delante, y por tanto su respuesta fue como fue: impredecible y, para mí, sorprendente. Es lo que te decía de los documentales en los que una persona se pone a responder preguntas frente a la cámara, sin más: que las respuestas pueden sonar a discurso, a perorata. Y eso no nos interesaba para nada. Además, hay que tener en cuenta que Asier y yo somos amigos desde la infancia. No son entrevistas, sino situaciones reales entre personas que, aunque no estén de acuerdo en algunas cosas importantes, se quieren.
Diario Progresista: ¿Descartaste material del que grabaste por miedo?
A M: No, no hemos descartado absolutamente nada por miedo. Hemos hecho la película con total libertad. Solo hay una secuencia en la que hemos tapado los rostros de la multitud (cuando Asier es recibido en las calles de Pamplona) para que no puedan identificarse sus rostros. Y hemos puesto un pitido en otro momento en el que una amiga dice, literalmente, que se caga en el rey de España, pues constituye un delito de injurias a la Corona, y tampoco queríamos poner en apuros a esta amiga. Además, hemos enfatizado el pitido y el borrado de sus labios al decirlo para que sea evidente que optamos por autocensurarnos, con la idea de dejar en evidencia lo absurdo de tener que hacerlo. Por lo demás, te aseguro que no nos hemos cortado un pelo.
Diario Progresista: Históricamente al pueblo vasco se le han negado derechos básicos como hablar su propia lengua. Pero ¿nadie se ha planteado una vía no violenta de solucionar el tema o está siendo todavía dificil? ¿Crees que hay presos por ideología o lo son por acciones demostrables?
A.M: En cuanto al empleo de vías no violentas para lograr el derecho a la autodeterminación, o a decidir, como se le llama ahora, en realidad, exceptuando a ETA, en las últimas décadas en Cataluña, Galicia o Euskal Herria la mayor parte de las propuestas nacionalistas han sido no violentas. Y ahora, al fin, ni siquiera ETA apuesta por dicha vía. Respecto a si hay presos por ideología… Técnicamente, no sé si ese término es el correcto, la verdad. Pero sí hay muchos presos (el propio Asier entre ellos, o también Arnaldo Otegi, por citar al más conocido) que lo están por haber realizado actividades exclusivamente políticas. Y a día de hoy hay pendientes aún multitud de causas abiertas contra personas y grupos que han realizado actividades políticas, que gusten o no, son -insisto-, únicamente políticas. No se persigue tanto la ideología como el proyecto que se defiende o por el que se trabaja. La excusa para encarcelarlos es la existencia de ETA; se les acusa de pertenecer o trabajar para ella, y a partir de ahí, ancha es Castilla. Con una opinión pública española que, alentada por los grandes medios de comunicación, aplaude mayoritariamente las muestras de mano dura por parte del Gobierno de turno contra lo que denominan “los tentáculos de ETA” (y donde cabe lo que a ellos les conviene en cada momento), nadie protesta ni se lleva las manos a la cabeza. Salvo en Euskal Herria, donde este tipo de políticas se ven cada vez con mayor rechazo, pues son percibidas como un torpedeo al proceso de paz. Y la gente quiere pasos hacia delante. 
     Yo estoy hasta las mismísimas natrices de repetir lo mismo en todas las entrevistas, porque veo que va a saco roto. Aquí, en Madrid, en mi querida ciudad, a la mayoría de la gente le importa un rábano que mi amigo Asier esté en la cárcel por realizar una labor en pro del proceso de paz (aunque explicar las razones políticas subyacentes es más complejo). Sí, él perteneció a ETA hace más de una década. Pero ahora su apuesta por emplear cauces democráticos es absolutamente firme. Cuando cuento la razón por la que está encarcelado, percibo que no me creen, incluso algunos de mis amigos me escuchan con desconfianza. 
Diario Progresista: ¿Ha visto Asier el documental? ¿Crees que habrá segunda parte o ya has dicho lo que tenías que decir?
A.M: Sí, Asier pudo ver la película antes de ser encarcelado de nuevo. Para él ha sido un proceso muy, muy difícil. Precisamente porque la película no es un retrato complaciente, y porque las situaciones que se muestran son tan comprometedoras, además tratándose de un tema tan delicado que no solo le afecta a él, sino a toda su familia y allegados. Poco después del estreno, en la primera visita que le hice a la cárcel de Aranjuez en la que está encerrado, se lo comenté medio en broma y me contestó que no se volvería a embarcar en algo así de nuevo ni por todo el oro del mundo.
Eduardo Nabal (http://www.diarioprogresista.es / 31 d'octubre de 2014)

EL MEU AMIC, EL QUE ÉS INSASSUMIBLE
Lluny de la distància de seguretat que un espectador espanyol pot mantenir pel que fa a la realitat registrada en una pel·lícula tan provocadora i polèmica en les seues estratègies com The Act of Killing (2012), de Joshua Oppenheimer -extraordinària per a alguns; summament reprovable per a uns altres-, una proposta molt més modesta -i, també, menys sensacionalista i pirotècnica- com Asier y yo, dels germans Amaia i Aitor Merino, té el valor de posar les coses veritablement difícils a qui vulga acostar-se, sense crispacions, als seus mèrits i febleses. Actor que va tenir el seu gran trampolí en Historias del Kronen (1995), Aitor Merino pren la veu cantant del documental per a ficar-se en una camisa d'onze vares teixida en filferro: explicar, des d'una posició més propera a l'afecte que a la perplexitat o a la inquietud, la seua llarga relació amb un amic d'infància, un fidel company de fatigues que, poc després que l'actor viatjara a Madrid per a emprendre la seua carrera professional, va desaparèixer del mapa per a tornar com a membre de la banda terrorista ETA.
Si alguna cosa deixa clar Asier y yo és que ni en el seu interior ni en les seues estratègies hi ha gens de cinisme: alts percentatges d'ingenuïtat, sí; una mica de malaptesa i confusió, també però, sobretot, un element central ja esmentat: l'afecte. I, per descomptat, els seus paranys. I una mescla no sempre equilibrada d'impudícia, atreviment i inconsciència, que a algun sector del públic li resultarà intolerable, però que no sembla respondre a una altra fi que la de proposar que es parle de l'assumpte, que es dialogue sobre un conflicte traumàtic i la tibant gestió d'un canvi d'estratègia.
En els seus millors moments, Asier ETA biok explica la història d'un individu que intenta comprendre -i bregar amb- la transformació del seu amic íntim en un enigma inassumible. En ocasions, Merino intenta pal·liar el rerefons de l'assumpte amb un sentit de l'humor que de vegades grinyola: el seu relat d'una detenció domiciliària o d'un dilema personal referit a un Mundial de futbol en forma de 'one man show' histèric… un to que les moltes implicacions del context basc no es mereixen. El documental aconsegueix un poderós valor testimonial en els moments en què se centra en la figura del pare d'Asier, dany col·lateral del tancament del diari Egin -la clausura per la força d'un mitjà de comunicació en una democràcia, en definitiva- i víctima de la tòxica ampliació del camp semàntic d'ETA. Són escenes i testimoniatges que en cap moment justifiquen la violència, però permeten acostar-se i entendre la mirada de l'altre costat.
La labor dels germans Merino aconsegueix tres moments clau quan la càmera registra allò que no esperava veure, però en tots ells Aitor Merino es descol·loca i no aconsegueix situar-se a l'altura de les circumstàncies -cosa que, en el seu descàrrec, no era precisament fàcil-: a) el viatge de retorn a Pamplona d'Aranguren després de la seua condemna, que aconsegueix el seu clímax en un acte homenatge on es llancen visques a ETA; b) un sopar familiar de cap d'any on es desvetla un secret sobre l'avi gudari i la mare esbossa una reprimenda a l'ús de la violència, davant el discurs summament contradictori i erràtic d'Aranguren; i c) un diàleg en la muntanya entre Merino i Aranguren on el primer recorre a una argúcia dialèctica per a formular una pregunta incòmoda -hi ha delictes de sang en l'expedient personal de l'amic?- i el segon s'escapoleix amb una altra argúcia dialèctica que un no sap si obri un espai d'ambigüitat o d'arrogant insolència. La pel·lícula ofereix alguna cosa inèdit: compartir un territori d'intimitat amb un etarra però, al final, queda la impressió de que ha quedat més exposat -i sobreexplicado- Aitor Merino en la seua candidesa que Asier Aranguren en eixa opció de vida que la pel·lícula no justifica, però tampoc desentranya.
Jordi Costa (EL PAÍS, 16 de gener de 2014)



LA FITXA
Asier ETA biok. Espanya, 2013. 93 minuts
Direcció i Guió: Amaia Merino y Aitor Merino. Fotografia: Aitor Merino. Música: Alex Alvear i Alicia Alemán. Producció: Ainhoa Andraka, Amaia Merino, Aitor Merino i Gabriela Calvache. 

PRÒXIMA PEL·LÍCULA
MAGICAL GIRL / Espanya, 2014 / 127 minuts
Carlos Vermut

Luis, un professor de literatura en atur, tracta de fer realitat l'últim desig de la seua filla Alicia, una xiqueta de 12 anys, que pateix un càncer terminal: tenir el vestit oficial de la sèrie japonesa de dibuixos animats "Magical Girl Yukiko". L'elevat preu del vestit el portarà a engegar una insòlita i fosca cadena de xantatges. En estes circumstàncies, coneix Bàrbara (Bárbara Lennie), una atractiva jove que pateix trastorns mentals, i a Damián, un professor retirat amb un passat tempestuós. Els tres quedaran atrapats en una fosca xarxa, en la qual l'instint i la raó entren en conflicte.

PREMIS GOYA: 7 NOMINACIONS INCLOENT MILLOR PEL·LÍCULA
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN: CONXA D'OR (MILLOR PEL·LÍCULA) I MILLOR DIRECTOR  

PRESENTADA PER L’ACTRIU BÁRBARA LENNIE, NOMINADA ALS PREMIS GOYA A LA MILLOR INTERPRETACIÓ FEMENINA PROTAGONISTA









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